Visión Analítica Tabasco - Votaron a favor de AMLO

Votaron a favor de AMLO

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Tribuna Política Por Gonzalo Ruiz Glori

Aplastante, enorme, avasallador, brutal, inmenso, colosal, descomunal o gigantesco puede ser el adjetivo con que se defina el respaldo que la mayoría de los electores le dieron en las urnas a la visión de nación de Andrés Manuel.

Y no faltan quienes se niegan a aceptar esta aplastadora ventaja de la coalición sigamos haciendo historia; argumentan desde un fraude electoral cibernético; la falta de piso parejo, el mayor financiamiento público de Morena, el acarreo, el chantaje de los apoyos sociales, compra de votos, al igual que de credenciales del INE, que violaron los tiempos electorales o que compraron a sus representantes de casillas y la innegable intervención del Presidente de México a través de las mañaneras, entre otras cosas.

Pero no dejan de ser inconsistencias, los votos fueron depositados por los electores ante miles de observadores electorales nacionales e internacionales; y los contaron ciudadanos, vecinos de usted y míos también. Cuando acudí a votar vi rostros conocidos en las casillas trabajando por la democracia.

Y es bueno que sean más transparentes, que si no abren el cien por ciento de los paquetes electorales que sean la mayor cantidad de ellos.

Si en el 2006, que la diferencia de votos era el .5%, alrededor de 236 mil votos, los que dieron el triunfo a Felipe Calderón, porque no se logró demostrar el fraude electoral; ahora con una diferencia del 32%, que son más de 17 millones de votos, de diferencia, pues se ve muy difícil, no imposible, pero si muy difícil demostrar que los números dados a conocer no sean los reales. Y más aún, si los de la oposición ni siquiera fueron capaces de tener por lo menos un representante, en el 100% de las casillas, lo que les imposibilita contar con toda la evidencia necesaria.

Recibir cerca de los 35 millones de votos, no es cosa menor, no se trata de un fraude electoral, sino de un rechazo para unos y de respaldo para otros; para lograr esa insultante y desquiciante cifra, se necesita que salgan masivamente a votar, y se vieron abarrotadas las casillas, hubieron quienes esperaron más de seis horas para votar, acudieron voluntariamente a las urnas, por convicción algunos y también por conveniencia otros.

Claro que se necesita para alcanzar tantos votos que voten jóvenes, adultos y viejitos, con instrucción escolar, profesionistas, gente que no sabe leer, del norte, del sur y del centro del país, de todos lados y de todas las clases sociales pobres, ricos y de clase media. Y así pasó, porque no sólo los pobres, iletrados y flojos votaron a favor de la 4T, lo hicieron también ricos, y profesionistas.

Tres décadas han pasado desde aquel histórico discurso que le costó la vida a Luis Donaldo Colosio, donde tajantemente señaló:
“Veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones
que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.”

Y me atrevo a señalar, que fue al “sistema”, como se le llamaba al poder tras el poder del régimen anterior, que no era más que la clase política podrida y corrupta que decidía el rumbo del país, a la que no le gustó que Colosio, dijera, “yo me propongo encabezar un gobierno para responderle a todos los mexicanos. El cambio con rumbo y con responsabilidad no puede esperar”.

Por ofrecer un cambio de rumbo con responsabilidad y gobernar para todos, quitaron salvajemente de en medio a Colosio; lo hicieron por atentar contra sus intereses, por no compartir su visión de nación, por hacer visible a ese México que para el régimen anterior no existía o sólo representaba una estadística, un porcentaje, un simple número pero que no tenía rostro y mucho menos nombre y apellido.

Y sólo una persona, un político fue capaz de entender lo que Colosio veía; por supuesto que me refiero a AMLO, y no sólo lo entendió, sino que supo capitalizar políticamente y a su favor, eso a lo que Colosio señaló así: “veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso”.

Si, amables lectores, ese México invisible para el régimen anterior, es el que se volcó a las urnas a manifestar su respaldo y apoyo a la visión de nación de AMLO”.

Lo hizo, no cegado por un ferviente fanatismo, sino consciente de que aún hay muchos pendientes, pero están convencidos de que por fin hay en el país un gobierno que si los ve, que los toma en cuenta, y que por primera vez en la historia de México busca el bienestar de ellos, y de todas y todos los mexicanos y no, sólo de unos cuantos.

Quienes votaron por la 4T, y le dieron una mayoría calificada en el Congreso de la Unión, es ese pueblo “feliz, feliz, feliz”, del que AMLO habla; es ese mismo pueblo agradecido, al que le cambió la vida un apoyo social, que para millones de mexicanas y mexicanos,
alrededor de 25 millones de familias significa tener o no para comer, y a ellos se sumaron esos cinco millones que salieron de la pobreza. Si amables lectores esas mexicanas y mexicanos fueron los que dijeron en las urnas “amor con amor se paga”.

Ahora si va a poder AMLO, Sheimbaun y todos los que integran la 4T, hacer las reformas constitucionales necesarias para construir un México más justo, que sea más igualitario, donde se respeten los derechos humanos para poder combatir la desigualdad, la pobreza, la inseguridad, el hambre, y así poder lograr el bienestar y la tan ansiada justicia social que se persigue desde 1917 en la Constitución Mexicana pero que ningún gobierno ha podido lograr.

Claudia Sheimbaun dio un mensaje mesurado en la victoria, sobre todo incluyente, y habló de que va por la reconciliación; eso es alentador, y ojalá cumpla por el bien de México y todos nosotros.

Es hora de darle la vuelta a las contienda electoral y comenzar a jalar todos en la misma dirección, que se convierta en la prioridad la construcción de un mejor México, más justo e igualitario, donde entremos todos y que haya oportunidades para todas y todos los mexicanos.

No dimos un cheque en blanco, tampoco les dimos un gran poder de maniobra para que se aprovechen del poder en su beneficio, sino para trabajar por un mejor México.

Llegó la hora de sumarnos al proyecto del mejoramiento de nuestro país; México es de todos, y la mayoría en las urnas decidió el rumbo que prefiere.

Exijamos trabajo honesto y resultados, no nos echemos a la amahaca; es hora de aportar nuestro mejor esfuerzo para construir un mejor México.

Estamos ante la mejor oportunidad de la historia para consolidar la democracia, entendiéndose esta, como una forma de vida sustentada en un mejor ambiente político, económico y cultural.

Claro está que para ello son fundamental dos cosas en busca de la justicia social, la seguridad y la igualdad para todas y todos los mexicanos para que puedan ejercer sus garantías individuales; a lo anterior hay que agregar la disposición del gobierno de procurar la igualdad de oportunidades, velemos porque así sea, y denunciemos cualquier arbitrariedad.

La exclusión no afianza a ningún sistema político, para consolidar la democracia en México se necesita principalmente de sumar a los esfuerzos del gobierno los de la sociedad para abatir la desigualdad. Es hora de sumar esfuerzos por el bien de México. Hasta la próxima entrega.

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