Habrá presidenta en 2024

Gane Claudia o Xóchitl en 2024, por primera vez en nuestra historia el país estará gobernado por una presidenta que tendrá una forma muy diferente de gobernar y sobre todo que impulsará una agenda que logre por fin, la igualdad sustantiva de las mujeres en la vida nacional. El riesgo que enfrentan ambas, es que una vez en el puesto, no cuenten con la libertad y la fuerza política para realmente poder gobernar.

En el caso de Claudia el riesgo está en que López Obrador quiera seguir ejerciendo el poder desde Palenque y en el caso de Xóchitl que los liderazgos del PAN y el PRI le impongan el gabinete y la controlen a través de los grupos parlamentarios del Congreso.

Claudia dependerá de que López Obrador se retire de la vida política para poder ejercer realmente el poder presidencial, de lo contrario, cualquier decisión que tome estará sujeta a su sanción. En caso de ganar se va a enfrentar a un partido, un Congreso y 23 gobernadores nombrados por López Obrador, que le van a vender cara su lealtad y disciplina. El futuro de Claudia como presidenta, más allá de los votos, está en manos de López Obrador.

Claudia, nunca tendrá la fuerza política de López Obrador, por lo que para gobernar tendrá que dejar de lado la confrontación, buscar el diálogo con la oposición y alejarse de algunos de los postulados básicos de la Cuarta Transformación, lo que seguramente la confrontará con él.

La situación de Xóchitl es aún más compleja, en caso de ganar, su gobierno será de coalición y como consecuencia los liderazgos de los partidos le impondrán la mayoría de los puestos en su gabinete y será rehén de las fracciones parlamentarias del PAN, PRI y PRD.

Xóchitl se enfrentará a 23 gobernadores de oposición a los que no será fácil alinear y que tratarán de bloquear su gobierno. Por otro lado, los grupos radicales que controlan ese partido seguramente sabotearán su gobierno, mantendrán su negativa al diálogo y la reaparición de López Obrador será casi segura.

La herencia más nefasta que deja López Obrador es la división social y política que ha propiciado en el país y para cualquiera de las dos no va a ser fácil lograr una reconciliación nacional. Claudia para lograrlo tendrá que abrirse al dialogo y a los acuerdos con la oposición y separarse del populismo de López Obrador, Xóchitl, además de tener que superar las diferencias que se van a dar en el frente, enfrentará a Morena que no va aceptar el diálogo y seguirá la línea de confrontación de López Obrador durante todo el sexenio.

La buena noticia para 2024 es que tendremos a partir de octubre una presidenta, la mala es que los votos sirven para ganar, pero no sirven para gobernar y que la fuerza para gobernar no va depender directamente de ellas, sino de la actitud que tomen López Obrador en un caso y los dirigentes del PAN y el PRI en el otro.

La única alternativa de ambas para fortalecerse, es asumir desde ahora el liderazgo de las campañas y acercarse a la gente, sobre todo a los grupos feministas que ven en sus candidaturas la posibilidad de avanzar en forma definitiva en la igualdad de las mujeres, en el caso de Claudia a las militantes y simpatizantes de Morena y en el caso de Xóchitl a las mujeres de la sociedad civil organizada, para que estos grupos, hagan un contrapeso a los liderazgos y partidos que van a tratar de controlarlas.