Desafíos económicos y desolación en el Malecón de Villahermosa

Podías recorrer toda la zona de principio a fin, y era un jolgorio. También podías pasar por un pequeño teatro donde se realizaban eventos culturales para jóvenes y familias. Sin embargo, llegó la gran inundación y arrasó por completo los sueños de las personas que, con sus comercios, sustentaban diariamente a sus familias.

Después de varios gobiernos que pasaron desapercibidos en el estado, el Malecón Carlos A. Madrazo pasó por varias metamorfosis que afectaron severamente la economía del lugar. Hoy en día, sigue en construcción para remodelar las dos partes que separan el Centro de Villahermosa con la colonia Gaviotas, para dar una mejor vista a esta zona.

Sin embargo, mientras recorría lentamente la línea de estas calles, una sensación de silencio y desolación me acompañaron mientras observaba. A cada paso, se encontraban negocios cerrados y letreros gigantes que decían “Se renta”, “Se vende”, “Se traspasa este negocio”. Otros definitivamente no tenían ningún letrero o lona que indicara que se vendía. La única forma de saber el paso de su deterioro fue el abandono y los olores a humedad y maleza crecida en sus alrededores.

Basta con darse una vuelta por este lugar para ver el completo vacío que existe. Desde el año 2021, iniciaron los trabajos de la rehabilitación de este malecón, que sin la consulta ciudadana ha realizado el Gobierno del Estado, sin dar los resultados que los comerciantes han urgido desesperadamente, pues el cierre y la quiebra de los negocios son el resultado de esta nueva obra en Villahermosa.

Solo unos cuantos negocios son los que sobreviven, contados en realidad, aproximadamente unos cuatro en la entrada principal por la Avenida Paseo Tabasco, donde diariamente siguen abriendo y trabajando pese a las circunstancias de abandono y soledad. Una tapicería y negocios de limpieza son algunos comercios que se ven abiertos. Aunque abrieron la circulación de uno de los tramos de la calle Constitución, la situación sigue sin cambiar para muchos.

Alonso Mendoza, uno de los comerciantes que existen aún, tiene muchos años dedicándose al negocio de artículos de limpieza. Ha pensado en diversas ocasiones en cerrar las puertas de su negocio, pues la realidad que tienen es desoladora. Sus principales fuentes de entrada se han visto opacadas por el cierre de las calles principales.

“Normalmente antes teníamos, como dicen, ‘la casa llena’, pues era un sinfín de compradores los que teníamos en la tienda. Ahorita, en verdad, todo está muerto. Solo sobrevivimos porque tenemos clientes ya de años que siempre nos solicitan pedidos. Hemos pensado en ocasiones en cerrar nuestras puertas, pero tampoco podemos darnos por vencidos, pues esperamos que la situación mejore”, comentó.

Por su parte, Abigail Pérez, tiene años dedicándose a la costura y tapicería, y ahora sus ganancias también se ven opacadas por esta obra. “Tenemos ya muchos años con nuestro negocio abierto. Sin embargo, hemos querido cerrar en diversas ocasiones, pues vemos cada mes y año cómo poco a poco nuestros vecinos y amigos van cerrando sus puertas y vendiendo sus negocios, a causa de que la gente ya no viene. Esta obra lleva años sin que pueda haber una fecha específica para la entrega de la misma. Hemos aguantado porque tenemos algún dinero ahorrado. Le hemos puesto mucho empeño a lo que hacemos, y no queremos tirar todo por la borda cerrando”, finalizó.

Aunque la obra tiene una etapa en la parte trasera que consiste en un parque lineal con bancas, gradas y zonas de recreación, esta se encuentra a un costado río, siendo un peligro inminente para los ciudadanos que quieran visitar o caminar, pues solo es cuestión de tiempo para que las aguas puedan rebasar y llevarse todo a su paso.